
Y una vez entrado en otoño, que mejor representante de él, que una seta, en este caso una Amanita Muscaria, tan bonita como peligrosa. Ese color que va del rojo al casi amarillo de forma degradada y los puntitos blanco que llenan su sombrero, la hacen inconfundible.
¡Ya solo quedan 112!
¿Qué opinais de esta fotografía? Como siempre, cualquier comentario, crítica, opinión, será bien recibida.